En tiempos de Windows 98 y Windows NT, a finales de la década de los noventa, uno de los usos más comunes del correo electrónico era enviar mensajes que hoy entrarían en la categoría de virales. Los llamábamos cadenas y había de todo tipo: bromas, promesas religiosas que se cumplirían solo si las reenviábamos a cuando menos 10 s y por supuesto, felicitaciones. El Año Nuevo de 1999 sirvió para que en uno de estos correos virales se propagara el que es considerado el primer virus de correo electrónico: Happy99.
un gusano troyano que infectaba el archivo winsock32.dll, la principal librería de comunicaciones de Windows hacia internet.
Entonces venía la propagación. Happy99 —también conocido como SKA.A por el nombre del archivo que instalaba— tenía la capacidad de reenviarse a otros os sin que el siquiera abriera su correo. Para marzo de 2000, la empresa de ciberseguridad Trend Micro consideró que Happy99 era el virus más común, con computadoras infectadas en América del Norte, Europa y Asia.
¿Cuál fue la solución contra Happy99?
Meses después, el experto en seguridad informática Craig Scmugar publicó una solución descargable que evitaba la infección de Happy99. El virus también podía ser eliminado de la computadora manualmente al ubicar y borrar los archivos ska.exe y ska.dll. Otra forma de evitar la infección, con o sin el parche de seguridad, era cambiar la configuración del archivo winsock32.dll a solo lectura para impedir la modificación con el virus.
Pero aun cuando los s se libraron de la infección, en realidad el mal ya estaba hecho. Happy99 probó que era posible instalar a escala mundial un virus informático en algo tan inocuo como una felicitación difundida por una herramienta que cada vez sería más popular, el correo electrónico.
Hasta ahora, muchos incautos siguen cayendo en malwares y estafas a través del mail. Un camino que aún no se ha cerrado.